domingo, 29 de abril de 2007

CRÍTICA: LA REVOLUCIÓN MEDIÁTICA


En pasado períodos presidenciales, la cadena o las alocuciones del primer mandatario permitían a la población conocer de algún tema de interés que estuviese preocupando a los ciudadanos. Otros la utilizaban como espacio mediático para anunciar medidas importantes que estarían repercutiendo en la vida de los venezolanos o peor aún en sus bolsillos.

Desde hace ocho años para acá, el protagonista de los domingos de la televisora del Estado –que es más del Gobierno- muestra a un interlocutor preocupado por ahondar más en la Revolución que camina a paso agigantados. Utiliza los medios de comunicación como un arma de profundización de la contra revolución que practican aquellos que hoy forman parte de las filas de sus opositores.

Cada domingo muestra un sin número de temas que redundan y redundan en la capacidad máxima de expresión de un movimiento sin sentido y sin rumbo fijo –más que el fije el capitán de la Revolución Moderna-. Promete el cierre de un canal de televisión que tiene al aire más de 50 años y que forma parte de la vida de cada individuo que nació en la Venezuela postmoderna, pujante y petrolera.

Para aquellos que vemos con indignación y escuchamos lo que el presidente Chávez domingo a domingo tiene que decir, pensamos en la manera de eludir la posibilidad de caer por error en el canal de “Todos Los Venezolanos”. Utiliza el medio como la aguja para embutir sin piedad sus ideas y hacer creer a sus seguidores la capacidad de Gobierno que tiene a su mando.

Pero no sólo los "Aló Presidente", son un ardid utilizado por el comunicador más emblemático de la “Venezuela del Siglo XXI”, también sus interlocuciones son una producción magnifica, el manejo de las cámaras, de los escenarios, forman parte del show, sin olvidar a su escuchas en vivo o mucho menos a sus invitados que lo oyen pacientemente sin perder pista a sus palabras.

Los medios de comunicación permanecerán abiertos -según su criterio- mientras sean serviles a la Revolución del primer mandatario. Por el contrario, aquellos que se atrevan a mostrar un alo de desapego con sus palabras serán callados con el arma de la democracia participativa consagrada en la Carta Magna.

“El show debe continuar” expresión que cataloga a toda la parafernalia de los medios audiovisuales. Todo termina cuando las luces del escenario “rojo, rojito” se apaguen o hasta que la última cámara –de las más modernas del mundo- deje de funcionar. Tal vez a eso está jugando Hugo Chávez con su Revolución -que avanza a “paso de vencedores”- que el último suspiro se acabe y todo vuelva a comenzar.